jueves, 15 de abril de 2010

De las despedidas y otras miserias

Has sido capaz de reprimirte, y hasta de estar serena mientras recogías la mitad de tu vida y la encerrabas en una maleta. No te has permitido pararte a pensar y reeencontrarte con recuerdos que pudieran atravesar las paredes de tu burbuja inflexible.

Mientras cerrabas tu equipaje con candado, te ha parecido que te estabas blindando, aprisionando tu memoria en un cofre de siete cerrojos. Pero ni siquiera entonces se te ha escapado una mísera lágrima furtiva.

A ti no te cansa correr, ni volar, ni huir. A ti lo que te cansa es vivir; lo encuentras todo demasiado complicado. Tienes razón: todo es demasiado duro y sucio, demasiado feo y gris para una rosa de cristal, de ésas que sólo se deshojan en madrugadas de ventisca, en una náusea de sinceridad cómplice, vomitando lamentos a borbotones.

viernes, 2 de abril de 2010

Los otros "ni-nis"

Hay gente que aprovecha su tiempo, en lugar de dejarlo correr con indiferencia. Hay gente que es capaz de salir toda una noche, y madrugar al día siguiente para entrenar a un grupo de chavales. Hay gente que es capaz de donar sangre, en lugar de embrutecérsela tarde sí y tarde también. Hay gente que es capaz de acompañar y escuchar a quien lo necesita, y no sólo a su amigo del alma, esperando que pronto le devuelva el favor. Hay gente que se preocupa por problemas que van más allá de los que le afectan directamente. Gente que prefiere pasar un domingo plantando árboles, antes que de barbacoa. Gente sin tiempo para quejarse, porque todo su tiempo lo emplean en actuar para que algo cambie o, al menos, sea un poco menos feo.

Ellos también son unos ninis: lo de hacer algo por los otros no les viene ni por trabajo, ni por estudios. Lo hacen por amor al arte o, quizá, por amor a sí mismos y al tiempo de que disponen, demasiado valioso como para malgastarlo. No cobran ni un euro, pero aprenden gracias a que viven ciertas experiencias que de otra forma serían inaccesibles. A veces viajan a lugares lejanos, y otras se quedan en su mismo barrio. Donde haga falta. Se les llama altruistas, solidarios, cooperantes...Pero, por encima de todo, no hay que olvidar que son voluntarios. Esto es: que toda su labor nace de su fuerza de voluntad.

Lo que nos hace avanzar y disfrutar de nuestro tiempo es la ilusión, que empuja a nuestra voluntad. Por ello, también hay que recordar que hay gente que es capaz de pasar la madrugada entera ensayando en su local, o todo un fin de semana cuidando su jardín. Gente que siempre encuentra tiempo para dedicarse a lo que le gusta, a lo que es su afición. Quien toca un instrumento, aprende a bailar, prepara una obra de teatro, escribe poemas o pinta cuadros y lo hace sólo por gusto y no por dinero o por llenar su currículum, es también un ni-ni. Y, sin embargo, también un artista, al margen de la calidad de sus obras.

Según las estadísticas, los nacidos en el año 90 pertenecemos a la llamada generación ni-ni. Lo que preocupa de esta generación no es que no tengan trabajo ni estudien, sino que les falte motivación. No tienen ningún sentido de la justicia, de la responsabilidad social o del respeto. Tampoco tienen ninguna afición. Ninguna meta, ningún objetivo, ninguna ilusión. Su tiempo, entonces, no vale nada.

Pero siempre hay esperanza. No todos somos unos ni-nis, como muchos pretenden demostrar. De entre nuestra generación hay gente que es capaz de encerrarse tres semanas a preparar exámenes, o de currar cada día hasta las tantas en cualquier lugar de comida y/o contrato basura. Y hay artistas. Y gente que tiene conciencia, actúa, lucha y se mueve. Señores programadores de cadenas de televisión: abran un poco la mente y no nos metan a todos en el mismo saco.

P.D: "People try to put us down /talking about my generation" ---The Who
 
Licencia de Creative Commons
Bruma púrpura by María Sanz is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Spain License